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El 12 de mayo de 2025, altos funcionarios económicos y comerciales de China y Estados Unidos alcanzaron un consenso histórico en Ginebra, acordando suspender por completo la guerra arancelaria, que se había intensificado desde 2018, y establecer un mecanismo de comunicación a largo plazo. Esta decisión beneficia significativamente a la industria china de productos de higiene, que depende en gran medida de materias primas importadas. Durante el conflicto comercial, los aranceles de importación sobre materias primas clave, como la pulpa de celulosa, se incrementaron significativamente, lo que elevó los costos aproximadamente un 50 %. Los precios al contado llegaron a superar los 12 000 RMB por tonelada, lo que redujo drásticamente los márgenes de ganancia. Se espera que la distensión de las relaciones entre China y Estados Unidos reduzca considerablemente la presión sobre los costos de las materias primas, estabilice las expectativas del mercado y mejore la viabilidad y la confianza de las pequeñas y medianas empresas.
Según las estadísticas de la industria, aproximadamente el 90% de la pulpa fluff de China se importa de Estados Unidos. Durante la guerra comercial, muchas pymes enfrentaron una escasez crítica de inventario, con niveles de existencias suficientes para solo uno o dos meses de producción, lo que provocó que algunos fabricantes de productos de higiene detuvieran sus operaciones. Tras el acuerdo, las condiciones de importación se han estabilizado a corto plazo. Las empresas líderes han mitigado la presión arancelaria mediante estrategias de transbordo a través del Sudeste Asiático, pero las pymes aún enfrentan incertidumbres en la cadena de suministro. Con el apoyo de las políticas, la estrategia de "bambú sobre madera" ha logrado resultados graduales, aumentando la tasa de sustitución de la fibra de pulpa de bambú al 30%. Sin embargo, la pulpa producida nacional aún presenta deficiencias en propiedades clave como la blancura y la estructura de la fibra, lo que dificulta la sustitución total de los productos importados. Además, la capacidad de producción nacional anual actual es de solo 600.000 toneladas, muy por debajo de la demanda del mercado de 2 millones de toneladas. Aunque los líderes de la industria están acelerando la expansión de la capacidad, no se espera que la nueva producción se libere gradualmente hasta fines de 2025. En el corto plazo, la industria seguirá soportando una importante presión sobre los costos de las materias primas.
Si bien la distensión comercial entre China y Estados Unidos ha aliviado algunas presiones de costos, las perspectivas de la industria siguen siendo inciertas. La sustitución interna aún es inmadura y persiste la inestabilidad global. El sector de productos de higiene continúa enfrentándose a numerosos desafíos. Solo acelerando la transformación y la modernización, mejorando los estándares tecnológicos y los niveles de equipamiento, y fortaleciendo la resiliencia y la colaboración en la cadena de suministro, la industria podrá lograr un desarrollo estable en medio de la reestructuración industrial global.